En Síntesis, un concierto espectacular


Por: Antón Vélez Bichkov


A no dudarlo, los domingos no siempre resultan divertidos: matinés para los niños, veladas vespertinas para los viejitos, no logran mitigar la desolación que reina en las carteleras.

La amenaza del lunes pende sobre los espectáculos y diversiones de todo género (que no sean cobradas en CUC) y quizás por ello se prefiere garantizar un 'descanso reparador', ante el 'despilfarro improductivo’ de adrenalina, que mengüe las fuerzas para encarar la nueva jornada de trabajo. 

Pero este domingo el esquema se invirtió y matamos el enano de la diversión, pues la banda de rock-fusión Síntesis, ofreció en el Mella su tradicional concierto de aniversario, ante un montón de espectadores, casi todos en el rango de los veinte años.

Con la promesa de recorrer las huellas que en estas décadas dejó el grupo en el camino, Ele Valdés, la vocalista líder, saludó a la platea luego del primer tema, el contundente y revitalizado Azɔn (Asoyi) que, a su vez, dio paso a varios de sus más sonados éxitos.

El público –sumamente activo– sin pensarlo dos veces respondió al llamado de la cantante de manifestarse un poco más, abandonando la monotonía de los asientos y ocupando la parte frontal de la gran sala.

Ahí entre saltos, variaciones pop/rock de coreografías afrocubanas y rejuegos danzarios, corearon la mayoría de los temas, estuvieran en español o en ese remedo de dialectos del África subsahariana que es el lucumí antillano.

A Azɔn (muy a propósito, pues el lunes era 17, fecha de San Lázaro/ Babalúayé), siguieron temas de la nueva cosecha, estrenados esa noche, alternando con otros de origen yorùbá que, al decir de la propia intérprete, son lo que más los identifica desde su creación el 14 de diciembre de 1975.

Del tercer álbum de la Trilogía Ancestros, vino Ọ̀rún’là, antecedido por Ajílòdà, de la primera entrega (1984) de esta serie, relanzada por los estudios Abdala, a comienzos de los 2000.

El estreno de otro tema inédito dedicado a los niños de la calle, fue momento propicio para hacer un aparte con la joven Eme Valdés, que tal como su hermano Equis, se empeña en una carrera en solitario, sin dejar el seno familiar.

Un tema de Stevie Wonder y una creación propia con delicioso sabor pop sirvieron para confirmar un viejo dicho: “de casta le viene al galgo” y lo que al principio parecía curiosidad ante el desconocimiento, se volvió una muy cálida ovación que respaldó con creces a la nueva artista.

Vibrante y enardecido, el público siguió coreando otros estribillos y letras de cánticos afrocubanos, sazonados por las sonoridades del rock, el jazz y ritmos aparentemente ajenos, no por ello, impostados; muy al contrario fusionados con gran propiedad.

La melodía sensual de Idẹ wẹẹrẹ-wẹẹrẹ, dedicado a la voluble Ọ̀şun, ganó nuevos ropajes con un arreglo revitalizado y disfrutable, si bien menos pertinente que las demás innovaciones de la noche.

Momento especial fue el homenaje de los colegas a Esteban Puebla, tecladista y arreglista de varios de los mayores éxitos de la banda.  

Tras el collage de imágenes en la gran pantalla – que ilustró toda la noche los temas cantados – y una ronda de anécdotas jocosas, discreto, Esteban agradeció tantas y buenas palabras de la mejor forma que sabe: tocando el piano.

En popurrí la banda recorrió números tales como So Sa So, Gbè mí lérè y A wà nílé òò y una vez más, el público con a esa vitalidad que valdría explotar las noches de domingo, bailó y acompañó la inmutable voz de Ele, que sigue ofreciéndonos los mismos registros de otrora, ahora con el innegable agregado de la experiencia y la madurez interpretativa.

Pero el clímax definitivo se produjo con la irrupción en escena del multifacético X Alfonso, que no puede negar que anda por los momentos más prolíferos de su carrera (su evidencia mediática y la cantidad de público que lo acogió el sábado anterior en el estadio universitario “Juan Abrantes”, es buena prueba de ello).

Atárámágbà su estreno como arreglista en el grupo de sus padres – allá por el 92 – sirvió de puente para un segmento exclusivo en que interpretó temas propios, acompañado por sus músicos y vocalistas, entre ellos Diana Fuentes, que también ha buscado la 'emancipación' artística, intentando abrirse paso en el multiplicado mundo del pop.

Revoluxión, Santa –acompañados de sus respectivos videos*– encontraron un impresionante feed-back en la platea, como ya apuntábamos básicamente juvenil, lo cual tornó evidente la identificación casi incondicional con sus contenidos. Los explícitos ¿y por qué no? aquellos que subyacen en la sombra de la metáfora. 


*interesantes, pero marcados por una línea narrativa un tanto reiterada, quizás por el tipo de música que retrata, cuyo discurso también resulta bastante idéntico, ya sea por coherencia conceptual o por falta de variedad.

Ni los problemas con los micrófonos (peccata minuta en un espectáculo de ideales producción, luces y sonido), pudieron impedir la entrega total y definitiva en Amalia –de lo más esperado de la noche– que abrió las puertas a esos solos que no pueden faltar, pero que el público agradece.

De paso, se hicieron las debidas presentaciones, erradicando así cualquier matiz de anonimato y cada cual demostró para qué vino al universo de la música. 

Felizmente, lo que parecía el fin (Erú Ayé, cuya intro brasileña evidencia el lazo que la espiritualidad y etnicidad semejantes forjó), se vio prolongado en un solicitadísimo bis que obligó al conjunto a regresar a sus puestos y ejecutar un tema imprescindible y que tal parece habían reservado para complacer a los insatisfechos: Ọba tẹ́ẹ́rẹ́ òò.


Difícil pensar que la sabrosa rumba introductoria iba a dejar indiferentes a los inveterados bailadores: duchos o no, neófitos o creyentes, todos se entregaron a la intensidad de este cántico, que transformado en un rotundo afro-rock, rinde homenaje a Şàngó, dios de los tambores, el fuego y los rayos, que dejó en el aire sus efluvios y su àşẹ de alegría e intensidad, prometiendo un cierre de año igual de intenso y un 2008 cargado de emociones positivas. (16/12/07)

Actualizado: 19:20 06/07/2017

Originalmente publicado en diciembre de 2007 en http://www.esquife.cult.cu/ (material de archivo)

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