Tremendo y Diferente

Por: Antón Vélez Bichkov



El cine es tremendo. Crea y destruye sensibilidades y como mismo nos acerca las emociones, las aleja, poniéndonos entre la espada y la pared. La compenetración más estrecha, casi mitocondrial, se alterna con esa indolencia, que medio irónica y desdeñosa nos hace exclamar luego de dos horas sumariamente malgastadas en la “sala oscura”: “¡Bah, pero eso es cosa de película!”.

Paradójicamente, como insensible puede uno quedar después de toda una tormenta de thrillers y policíacos hollywoodenses, en los que ‘matando y salando’ son las palabras de orden, hipersensibilizado asegura que tal o más cual situación cotidiana especialmente emotiva, parece haber salido de una película, como si la vida misma – la mejor cinta de todos los tiempos – no pudiera sumar “emociones por montones”. Lo dicho: el cine es tre-men-do.

Nada más natural entonces, conscientes como son de este poder, que el Proyecto 23 en coordinación con el Centro de Educación Sexual (CENESEX), decidiera dedicar una sesión mensual a la sensibilización y aprendizaje sobre un tema que, sin lugar a dudas, agrupa todos los matices, menos el del consenso: la homosexualidad. 

Quizás histórico, sea una palabra grandilocuente en exceso, pero de que novedoso resultó el espacio que bajo la guía certera del crítico y escritor Frank Padrón se inauguró el pasado miércoles 14 de mayo en el cine capitalino “23 y 12”, no hay dudas.

La sala se llenó. Fueron muchos los que quisieron ver cine “Diferente”. No faltaron invitados importantes: médicos, psicólogos, artistas, especialistas y sexólogos… destaque especial para una imprescindible en las luchas por la equidad, la directora del CENESEX Mariela Castro Espín. 

Pero los invitados fundamentales fueron aquellos a quienes va dedicado este espacio. Los que, haciendo uso de todos los mecanismos de lecturas e identidad, se apropian de las historias para hacerlas suyas y reinterpretarse a la luz de estas o aquellos, que al mirar a la pantalla no ven más que un espejo en el cual 24 cuadros por segundo se repite la vida.

Para la apertura un filme desgarrador en lo verídico y eterno en su mensaje: “Bent” (Desviados) de 1997, que dirigido por Sean Mathias y magistralmente actuado por Clive Owen, Lothaire Bluteau, Ian McKellen, entre otros, relata la historia de dos homosexuales, que luego de la ola de represiones emprendida por los nazis a finales de los años 30, coinciden en el tristemente célebre (valga el cliché) campo de concentración de Dachau.

Entre líneas, los mil y un sabores y sinsabores de la vida homosexual: desde la hipocresía de quien pasa una noche travestido y va a la iglesia para mantener su estatus, sin contar favores y delación, hasta la presunta predisposición natural del gay a la promiscuidad y el desorden afectivo.

Pocos habrán pactado con el escepticismo. Pocos habrán pensando que aquí apenas se hablaba del amor de dos hombres que, sometidos a sanguinarias torturas, vencieron la muerte con la fuerza de la vida eterna: el amor. 

Todos salieron convencidos que la atrocidad no tenía derecho a la existencia y por ser oscura y baja, su destino natural era quedar sepultada con el último impulso de sus fieros actos. 

Eso sí, su memoria debe conservarse, no en una urna de cristal o aislado en un laboratorio, sino entre nosotros, a flor de piel, para que como en la lucha contra un virus, inoculándonos de ella, podamos desarrollar el anticuerpo que nos permita combatirla en su raíz. Desterrándola del corazón y el alma de los hombres, garantizamos que tanta barbarie, nunca se repita…

Así las cosas, el público tuvo la oportunidad no sólo de disfrutar la soberbia puesta en escena, sino también comentarla, como es uno de los propósitos del foro. Quizás anonadados ante el impacto –que no fue poco– o tal vez por falta de costumbre –en ambos casos, hay cierta inercia que juega su papel– las personas que se quedaron después de la proyección del largo fueron despertando de a poco.

Las opiniones se tejieron no sólo en torno de la trama, que con enfoque crudo transita desde el desenfreno de la sexualidad alternativa de su protagonista, desfachatado y algo fútil al principio, hasta la redención impuesta por el sufrimiento y el amor, sino que aprovechando la metáfora (entre obvias comillas, pues nada de lo dicho o hecho en este filme, fue fruto de una ensoñación poética, sólo la manera de tratarlo), enrumbaron el debate hacia la cotidianidad de aquellos que en nuestro país ‘escogieron’ amar de manera diferente.

Así, vinieron a la palestra las incomprensiones que aún reinan, incluso, en los ámbitos académicos y dichos cultos, la necesidad del respeto al derecho u opción sexual del otro, la necesidad de superar los tabúes y avanzar en los niveles de consciencia social, rompiendo con arquetipos que no por clásicos, merecen vida eterna. También se hizo énfasis en la terminología, pues la carga ideológica de las palabras es innegable y tolerancia, ciertamente no es lo único que se requiere.

Entre pinceladas informativas sobre las modificaciones que se pretenden realizar a la legislación nacional en materia de Derecho de Familia, se insistió en la indispensable cultura jurídica, que hoy es pobre, pero de ser más rica, haría posible la conservación de nuestros derechos, incluso en situaciones conflictivas con ciertos elementos de la autoridad, no sintonizados con el real espíritu de la legislación cubana. 

La aceptación no sólo por terceros, sino por sí mismos, fue uno de los factores más recalcados para alcanzar una adecuada autoestima y con ella descartar problemas de índole psicológica, que a no dudarlo, tienen una repercusión en la salud física y en la actitud ante la vida.

Quedó claro una cosa: el cambio no se puede pasar por alto, está sucediendo y cada vez será más profundo, pero para ello es necesario el trabajo mancomunado de toda la sociedad, que aun y cuando tiene el machismo entre sus ‘patrimonios’ más arraigados, debe ir moldeando sus pareceres al son de una nueva melodía: la diversidad, que es la norma.

El próximo mes, Padrón, nos propone el documental: “El celuloide oculto”, sobre la presencia de la temática en el mundo del cine, particularmente de Hollywood, aunque también se incluyen experiencias de otras cinematografías. 

En el aire quedó la promesa de abordar el amor entre las mujeres y parece ser que ya está listo el material al efecto. Asimismo, la garantía, que un jueves de cada mes, el público de la capital, podrá disfrutar de un cine: tremendo y diferente. 

Originalmente publicado en Noticine.

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