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Santa María... a destiempo |
Hasta ahora, con Santa María del Porvenir, más que reír,
hemos llorado bastante y no por excesos dramáticos, sino por la dramática
incapacidad de articular una historia NOVELESCA en el contexto cubano.
En 5 ó 6 capítulos, la recién estrenada novela cubana, no ha
salido del estatismo. Varias peripecias en torno del asunto-base: el dinero
'caído del cielo'. Presentaciones generales, anecdóticas de buena parte de un
desmedido elenco. Y poca o ninguna trama lo suficientemente fuerte, para
atrapar la atención del espectador...
Curiosa es la falta de jerarquía argumental. Parecería que con la justificación de que es una 'historia coral', todos, hasta el perro de la plaza, merecen su cuarto de hora, olvidando que existe una dosificación, nada gratuita entre protagonistas, antagonistas, secundarios y de apoyo...
Tanta técnica de guión a Gerardo Fernández (o a Gerardo y
Lucía), sólo le han servido para articular - con cierta eficiencia - las
situaciones en torno de la caída de los 14 millones de pesos (cifra sin dudas
excesiva para la época), y los primeros intentos para recuperarlos/ retenerlos.
De humor o 'lógica' ni hablemos.
Si uno de los personajes logró acumular la friolera de ¡100
mil pesos! en la Cuba
del 52 ¡¿qué hace aún en Santa María del Porvenir?!
Francamente, la premisa, aunque parece 'original' e
'interesante', luce forzada por estos cabos sueltos. Que seguirán, a juzgar por
un hecho: es lo ÚNICO, salvo la locación, que unifica la historia (no un par de
protagonistas fuertes o algún asunto mucho más próximo a nuestra experiencia
cotidiana, ya que la Cuba
que ellos retratan, hace mucho que no existe, no por falta de esfuerzos
conscientes para erradicarla).
Y ahí es donde le veo otro lado flojo: tanto concejal,
alcalde, cura y politiquería de sainete a esta altura del campeonato, ni
siquiera por la parte 'pedagógica' se justifica. Las novelas didácticas del
pasado, PASARON.
Valdría, si hubiera una metáfora en Santa María... con
respecto a la realidad actual, tan ausente - a pesar de los esfuerzos - en las
producciones modernas, que más que darnos 'realidad', juegan al 'periodismo',
que es un poco diferente...
Ni San Nicolás del Peladero - actual en sus años, ni Roque
Santeiro - actual en su contexto, pueden servir de parangón para esta Santa
María, concebida para la TV
venezolana y reacomodada a las necesidades cubanas, quizás por la ya trágica
carencia de guiones de la TVC.
Si no fuera notoria la falta de olfato y oficio televisivos,
las pretensiones de renovación y mejora, nos darían esperanza. Pero desde los
80 venimos escuchando esa promesa. La dramaturgia televisiva - plato fuerte de
cualquier programación - es la mejor prueba de la falta de rumbo de los
'ejecutivos' (funcionarios más bien), que insisten en viejas fórmulas o
vanguardias huecas.
Este tren tiene más vagones y pasajeros de los que puede
cargar. Por ende, quizás se descarrile antes de llegar a la próxima estación.
Pero nosotros, aún sabiendo el descalabro, tendremos que subirnos y hacer el
viaje ¿qué remedio nos queda?
Negro porvenir, el de Santa María...
Antón Vélez Bichkov
Antón Vélez Bichkov
PS. Vale mucho la vocación del Chino Chiong por hacer un
producto 'digno'. Su disposición salvó Al compás del son (increíble obra, para
la pluma de Maité Vera). También su sinceridad a la hora de decirle al pan, pan
y al vino, vino. Cualquier defecto de la historia, es de 'fábrica', no por factura.
Pero ese será tema para otro trabajo.
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