Desvestir un santo para vestir otro

O de cómo un programa atravesado, altera cualquier esquema lógico

Por: Antón Vélez Bichkov

Paraíso tropical: calentando motores...


Desvestir un santo para vestir otro. Eso es lo que han hecho los programadores de la TV Cubana para ajustar la nueva novela cubana (más bien, los dos musicales, cuyo espacio tomó) y mantener Paraíso tropical, a diario (como siempre debió ser).

Ahora, la brasileña brinca por la parilla. Chocolate con pimienta, se atrasa media hora en el Canal Habana y, por ende, choca 20 minutos con Herederos de una venganza, en Multivisión. Demasiado cómodo era enmendar una novela con otra, sin mayor contratiempo o competencia.

De nuevo el público debe ajustarse al medio y no el medio al público. A pesar que al principio del verano la fórmula parecía perfecta: los noveleros tenían su espacio asegurado y continuo (9, 10, 11).
Se nota la voluntad de ‘complacer’. Y debe aplaudirse. Pero la parilla no es un tablero de ajedrez. Las audiencias construyen sus hábitos y es obvio que media hora, más de noche, sí incide.

No sé cuántos esperaron por el principio de Chocolate… Tampoco cuántos se quedaron hasta el final. Pero seguro es que el nuevo esquema – impuesto al canal capitalino – ya se cargó dos víctimas: la serie nocturna (obvio) y los madrugadores que no pueden darse el lujo llegar hasta la medianoche de pie.

El martes, la comedia romántica terminó a las 11 y 22. Hoy terminará a las mil. No es lo mismo que ir a la cama a las once menos cuarto, como sucedía hasta hace una semana.

Chocolate... público consolidado a las 10 p.m.

Ok, Chocolate… es local (aunque cuesta dinero y cuenta con un público potencial de 2 millones y tanto de personas, el seis por ciento de la población cubana). ¿Pero y Paraíso…? ¿Por qué tiene que saltar de horario para verla cinco veces por semana?

El martes, aunque fuera programada para las y 36 (no las nueve y media como mucho se anunció), salió a las y 41. Y hoy, con horario oficial a las y 38, saldrá mucho más tarde. O sea, que aún con 35 minutos de gracia, el Canal Habana no puede garantizar que su novela no choque con la del canal nacional.

¿Y todo por qué? No es la cuña incomprensible de apreciación cinematográfica que insertaron entre programa y programa el otro día. Es toda una cadena. La entrada de La otra esquina, martes, jueves y viernes (08:30 pm), corrió Piso 6 y De la gran escena, media hora…

Obvio, que en el ‘país de la música’, con la ‘necesidad imperiosa’ de educar el gusto musical, tumbar dos programas de ese carácter es un pecado mayor que tener dos telenovelas seguidas ¡en el mismo canal! (que MV tenga tres series de pegueta – americanas todas – no importa nada, nada).

Bien podrían reubicarse de día (por ejemplo el primero los miércoles y el segundo, los sábados, entre avances y película). ¿Pero entonces… dónde quedan Entre amigos y Espacio reservado?

Ninguno, strictu-sensu, tiene función cultural. Piso 6, está al servicio del más estricto showbizz (del que el ICR… no ve nada, a menos que tiburón se bañe y salpique). La escena… toca de vez en cuando la tecla, pero básicamente es espectáculo con purpurina. 

La otra esquina: ni fotos para la divulgación...
Entre amigos, podría ser el tan anhelado show sabatino (si antes ya no pasara por ahí en sus encarnaciones previas, todas fracasadas por la misma causa). Otro formato, otro ‘talento’ le harían mucho bien.

Y con ello, a nuestras pantallas, saturadas de películas serie B (para colmo multiplicadas por tres). En materia de ‘cine’, la TVC es más que generosa. El problema siempre es con el melodrama, que tiene que ser dosificado y diluido.

Así pues, con una novela, los avances (de alta audiencia, justo por anunciarla), un programa de música ligera y el ‘gran show’ para cerrar la noche, sería perfecto para ‘no salir de casa’. Pero esa no es la política en boga.

La línea novelesca no satisface a todos. Dentro de la Casa tiene sus detractores. Entre los que le niegan su lugar, critican los aires miamenses (nunca alcanzados) o insisten en ver sus sosos programas en horario estelar (aunque ni ellos mismos los vean) anda la cosa. 

Circuito CMQ: 15 telenovelas en 1958
Olvidan que Radiocentro no se hizo a base de showcitos de música barata (muuucho mejores que los de ahora), ni la Globo se ha vuelto la segunda televisora del planeta gracias a su dominical vespertino. 

Los números caen, pero las productoras aumentan.Y por algo será. Turquía, Corea, los países árabes ¡hasta Rusia! hacen novelas hoy en día, sin tanta filípica al respecto. De América Latina ni hablar.

Sólo aquí, la patria del folletín radial, se vive aún ese debate.

Y de paso se derrocha el dinero mal posicionando los millonarios productos cubanos y los importados (que tampoco salen baratos).

¿Qué sentido tiene limitar el alcance de Chocolate…? (que tiene números bien consolidados a las 10 p.m.) ¿Y luego repetirla en cadena nacional, a las 6 a.m., cuando la mayoría está casi lista para salir por la maldita circunstancia del transporte por ninguna parte?

Tampoco se entiende la emisión de madrugada de Paraíso… ¿Qué target se persigue a esa hora? ¿Los custodios y trasnochados? ¡Miles de custodios tiene Cuba para elaborar una programación exclusiva para ellos! ¿No es más funcional un horario vespertino antes del culebrón argentino?

La cubana, por lo que se vio hasta ahora, tiene las de perder. Quizás por ello se optó por dar la brasileña a diario. Diluida y todo, Paraíso tropical, sigue siendo mejor opción para el disfrute (comprometido en la nacional por una historia y realización densas, con el mismo énfasis en las emociones negativas del cotidiano sin chances para desconectar). 

Vale todo fue la reina de las noches cubanas en 1992-93
Quien piense que se trata de algo ‘nuevo’, se equivoca. A finales de los 80 la TVC emitió varias brasileñas en el esquema diario: Doña Beija (1988), Derecho de amar (1989), Roque Santeiro (1990), Pacto de Sangre (1991) y Amor con amor se paga (1991-92), la última. Luego vino Vale todo (1992-93) y con él el periodo especial.

La cubana, si había, salía en el espacio de La novela a las 8 y media. Si no, se exhibían series de carácter variado (biografías y dramas… nada de asesinatos o vampiros).

Pasión y prejuicio (the best ever!) fue la primera en salir martes, jueves y sábados (y no por ello tuvo un rating bajo).

La crisis total fue cuando Fuerza del deseo, se estiró ¡70 semanas! a razón de dos episodios, uno el martes y el otro el jueves. Las miniseries siguieron este esquema, hasta que con la larga Señora del destino, se volvió a alternar.

Ese mismo verano un ‘sabio’ decidió cambiarla para los martes, jueves y sábados, para ‘potencial el producto nacional’ (en vez de invertir en su calidad).  

Una telenovela diaria no es un anhelo justo. Es una necesidad. A menos que quieran que Doña USB siga sumando ‘ahijados’. Horarios fijos, puede ser… incómodos, no creo…

Vale la pena pensar…

PS. A quien pueda interesar, La guerrera, de lo último de la Globo, ya circula completita por los puestos habaneros al módico precio de un CUC 10 episodios.

No hay que esperar las madrugadas del 2029 para verla.

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