El relleno de Fina estampa




Si algo define la palabra RELLENO es Fina estampa. Sólo Manoel Carlos y Benedito Ruy Barbosa rellenan más. 

Un compendio de asuntos sin importancia, mientras se 'ahorra trama'.

Pocas veces he visto una historia tan mal hilvanada y con tantos desvíos de un eje que a simple vista parece poderoso, pero que en la práctica no existe.

Obvio, que el autor es como un padre: no le ve defectos a su hijo, pero es imposible pensar que todo aquello es 'inquietante'.

También es obvio que aquí él quería limpiarse la mala fama que le dejó Dos caras y saturó la trama de banalidades (pa' no calentarle el seso a la gente).

En 25 capítulos sólo han servido ¡dos! No quiero ver las emisiones originales (36 en la versión brasileña).

Sin embargo, en Brasil, eso funcionó fantásticamente, anulando cualquier sentido crítico del creador. ¡38 puntos! en el primer mes y medio. En plena sequía de audiencia.

Al parecer es toda una técnica: 'enrolar' (rellenar) mientras llega el 'momento exacto' de soltar la jauría de asuntos.

Lo hizo en Señora del destino, cuyo principio es igualmente flojo y lo repitió en Imperio, que sólo gana ritmo en el episodio 62 (versión internacional).

Hace poco Aguinaldo Silva anunció que ya tenía listos ¡53 capítulos! de O sétimo guardião. ¡A siete meses del estreno!

O sea, que si todo aquello sale mal ¡habrá que verlos! hasta se que puedan ver los cambios.


¿Traerá la tía Iris más 'acción' a la trama?

Una estampa nada fina (Cubasí)

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